Monday, February 23, 2009

SUCEDIO EN EL SUDAMERICANO JUNIOR

Por desgracia para el squash colombiano y de todos nosotros, todo lo que hemos publicado en este blog ES VERDAD. Más aun, todo ha sido debidamente comprobado y documentado. Desde los desvíos de dineros, hasta las falsificaciones de documentos y firmas, hasta la manipulación de las asambleas definitorias, pasando por la venta de camisetas a la federación por parte de empresas de comunicaciones de propiedad de los altos directivos, el abuso con hoteles y pasajes durante los torneos, las prostitutas en las delegaciones, el abuso del alcohol, etc, etc. Por desgracia nada de esto es invento ni calumnia.
En fin.
Ahora nos cuentan otro caso oscuro ocurrido durante el último Sudamericano Junior realizado en días pasados. Ya habíamos comentado sobre el hecho triste de que se seleccionó casi que a cualquier jugador que quisiera participar con la sola condición (explícita solo DESPUES de que el jugador hubo aceptado ser parte de la selección) de tener que pagar la suma de CUATROSCIENTOS CINCUENTA MIL PESOS M/C ($450.000.oo) como valor de la inscripción. Pues bien, de acuerdo a nuestra información, hubo casos a la inversa: es decir, hubo muchachos a quienes a pesar de que por ranking y nivel tenían derecho a ser seleccionados, no fueron invitados a participar. Y al investigar el por qué de esta exclusión, la respuesta fue muy sencilla: “hombre, es que sabemos que usted no tiene los $450.000.oo para pagar la inscripción. Entonces, ¿para qué vamos a perder el tiempo y para qué se lo vamos a hacer perder a usted?”
Este parece haber sido el caso de Francis Zemanate, jugador de cuarta categoría. ¿Bonito así, no? Ahora ya no se selecciona por nivel de juego ni por capacidades, sino que lo que se tiene en cuenta es la capacidad económica de los padres de los jugadores.
La verdad, esto parece más bien aberrante.

Wednesday, February 18, 2009

APRENDIENDO A HABLAR DE FRENTE

Creo que lo que dice Juan Pablo Gaviria en su último comentario es más que importante, es fundamental y lo hemos repetido aquí desde el principio: no importa cual sea la posición de la persona, el ideal es que su comentario sea frontal y transparente. Y claro, para eso tenemos un nombre. Aqui entendemos que es cuestión de honor y caballerosidad opinar con nombre propio.
Vemos sí que todavía hay mucha gente que no se atreve a decir de frente lo que piensa sobre el squash por miedo a sanciones y otras represalias y que es difícil romper esa especie de concha de miedo en la que uno cae casi sin darse cuenta. Para nosotros tampoco fue fácil salir de ahí y comenzar este blog. En realidad nos tomó años de esfuerzo y reflexión antes de lanzarnos, y claro que han habido ataques, represalias y amenazas, pero la realidad es que son menores, mucho menores de lo creíamos. Y sobre todo, y como dice Juan Pablo, para que las opiniones realmente tengan peso y valgan la pena, deben ser dichas de frente y afrontando las consecuencias de lo que uno dice, piensa y opina.Muchas gracias entonces a Juan Pablo por su colaboración y queremos que tenga claro que este blog está abierto para él y para todas las personas que como él quieran opinar sobre estos temas, sea que estén o no de acuerdo con nosotros, sea que aprueben o no nuestros opiniones.

Monday, February 16, 2009

DE VIEJAS HABILIDADES Y OTRAS COSAS

En primer lugar tengo que disculparme por haber escrito poco ultimamente. La verdad es que hemos tenido que enfrentar diversos tipos de problemas y ataques, unos relacionados con el blog y otros no.
Pero bueno, he aprovechado este tiempo para pensar a fondo respecto a todo este asunto del Squash y estoy un poco, ¿cómo se diría? indeciso, puede ser la palabra. No estoy seguro de si será mejor dejar esta lucha y más bien sumarse a los triunfadores.
Verán, alguien en días pasados me daba un argumento valiosísimo en ese sentido: en cualquier deporte donde vaya va a encontrar más o menos lo mismo: lo que priman son los intereses personales, las roscas, el uso de los dineros públicos para beneficiar a unos pocos, la manipulación de las selecciones de acuerdo a los intereses de los directivos. El uso de las palancas y el amiguismo, más que los méritos personales, como formas de acceder a las posiciones importantes. Los deportes, como cualquier área del quehacer humano, como la política, como el comercio, como el trabajo, están llenos de eso mismo que tanto nos incomoda: de seres humanos. Y de los vicios de los seres humanos. Y eso no es tan malo ni tan grave, decía. En el peor se los casos es solo eso: tremendamente humano.
He estado pensando entonces en si será que todavía me aceptan si decido unirme a la rosca en lugar de combatirla. Y he estado pensando en qué cualidades, antecedentes o características puedo usar en ese sentido y creo que no estoy tan mal. De entrada tengo que confesar que si de falsificar (firmas o documentos) se trata, pues yo tengo algunos antecedentes. Verán: es que yo aprendí a escribir gracias a la falsificación. Sí, es duro confesarlo pero cuando estaba en el colegio, por allá a los 14 o 15 años de edad, mi escritura era un desastre. Parecían patas de mosco, casi ininteligible, y a pesar de los regaños y correcciones de mis profesores no mejoraba ni progresaba. Hasta que al llegar a quinto de bachillerato (hoy sería décimo grado) descubrí que había en el mundo cosas más interesantes que ir al colegio todos los días. No eran cosas tan graves. Eran solo cosas como ir a películas para mayores de 18 (que delicia, la primera vez que vi una mujer desnuda en una película, una sombra vaga y distante), quedarse en la casa del Cura Sánchez en Santa Ana jugando ping-pong, o simplemente dormir hasta tarde. Y apareció así una necesidad ineludible: las excusas firmadas por mi papá que me permitieran volver al colegio sin problema al día siguiente de la correspondiente aventura. Y el problema era que, claro, mi papá no estaba muy de acuerdo con mis andanzas.
Pues ni modo que me tocó aprender a escribir. Cogí alguna de las excusas viejas de mi papá y me dediqué a calcarlas, no solo la firma sino la letra misma. Y perseveré hasta lograr escribirlas por mi cuenta, de manera que fueran no solo aceptables sino convincentes. Y lo logré. Tengo que confesar entonces que más de una vez logré engañar a Fr. Francis (creo que todavía es el rector) y a los profesores y encargados. Y como resultado mi letra cambió. Sin darme cuenta a qué horas se convirtió en una letra dibujadita, redondita, muy parecida a la de mi papá. Hasta mi firma hoy en día es parecida a la suya, aunque él nunca supo el por qué.
No sé entonces si esto será suficiente argumento para ingresar a la rosca después de tantos ataques, burlas, denuncias y demás. Podría encargarme de ese departamento, no sé como lo llamaran, porque no creo que se llame Departamento de Falsificaciones. Puede llamarse mejor Departamento de Validación Documental o algo así, y tampoco sé a cuál de los comités o comisiones pertenezca. ¿Lo dirigirá quien? Debe ser Martha Luz que está en todas las comisiones y comités. ¿O aun estará bajo la dirección de Carlos Espinal? ¿O dependerá directamente del gran jefe, del llamado Señor Obispo, del mismísimo Sergio Rodríguez en el COC?

Pero no, en serio, creo que es una cuestión de talante lo que nos separa de nuestros amigos de Fedesquash. Quizás la concepción misma de la vida y de la realidad. Porque para ellos la mentira, el engaño, la trampa son armas válidas para lograr los objetivos que buscan. Objetivos que pueden ser buenos. Para mí y para muchos otros no. Miren, hace unos días oía uno de esos CD’s que hay ahora de Diana Uribe, la historiadora. Hablaba sobre Mahatma Gandhi, y decía que uno de los puntos en los que él se apoyó para la liberación de la India, fue en la firme convicción de que los objetivos y los métodos a través de los cuales se debían lograr esos objetivos debían ser concordantes o si no los unos destruirían a los otros. Es decir, no era posible construir la paz mediante la violencia, ni la verdad mediante la mentira, ni el amor a partir del odio. Y eso es lo que creo que sucede con nuestros amigos de Fedesquash: no es que sean grandes bandidos, ladrones o pícaros. No. Es solo que están dispuestos a usar cualquier método para lograr los loables objetivos de que el squash colombiano crezca y se desarrolle, y claro, de paso los beneficie en primer lugar a ellos. Y son esos, los medios innobles que ellos usan, los que corrompen todo el sistema y termina por destruir los fines. Así, ellos mismos se ponen la trampa en la que tarde o temprano deben terminar por caer.