Tuesday, November 28, 2006

EL SQUASH Y LA ETICA

El tema sobre el cual hemos encontrado más inquietudes en estos últimos días es el tema de la ética en el Squash. La ética a nivel de directivos (tema que tratamos la semana pasada) pero también a nivel de jugadores. Este es un tema importante y con diversidad de criterios y opiniones. Veamos: por una parte se encuentran los que opinan que en el Squash lo importante es ganar, sin importar mucho la forma en que esto se logre. Para controlar el juego está el juez y es a él a quien corresponde determinar la validez de una jugada y no al jugador. Las personas que abogan por esta posición consideran que las barras bravas, los gritos que desconcentren al contrario, las demoras de juego, los lets y strokes buscados, repetidos y mentirosos, el empujón durante el juego, la raqueta en medio de las piernas del contrario, todos estos son elementos válidos dentro del juego y que el jugador debe y puede utilizar hasta donde el árbitro lo permita. Asimismo desde esta posición no tiene sentido que el jugador ayude al árbitro confesando sus errores no detectados o bolas dobles o outs que el árbitro no pudo ver pero que el jugador sí detecta. Uno de los argumentos que esgrimen los que abogan por esta posición es que a nivel internacional se juega así, hasta el punto de que hoy en día “los colombianos son considerados los más limpios del continente”. En esta tónica parecen estar los directivos de Fedesquash y varios de nuestros jugadores, de ahí el comentario de Carlos Espinal en un partido que reseñamos en el pasado torneo del Club La Montaña.
Por otra parte están quienes opinan que el Squash debe ser, a semejanza del golf, un deporte donde prime sobre el deseo del triunfo, la verdad, la caballerosidad y el juego limpio. En este caso sería considerada como una falta el ocultarle a conciencia al juez lo que está sucediendo en la cancha (bolas dobles, outs, strokes, lets), las llamadas barras sucias (que aplauden las bolas malas del contrario, gritan y apabullan al contrario, en especial cuando es un niño), los empujones, gritos y las jugadas mal intencionadas que tanto estamos viendo últimamente en los partidos de todas las categorías. ¿Quién tiene la razón? Ese es un punto importante de debate en el cual debemos participar todos los que tenemos interés en el squash, en especial porque por ahora prima (como en tantas otras cosas) la posición de los directivos de Fedesquash sin que se tenga en cuenta la opinión de los demás interesados (jugadores, padres, espectadores, etc). Quienes entendemos el deporte como una parte integral en la educación de nuestros hijos consideramos que la rectitud y la honestidad son valores fundamentales en la estructuración de la personalidad. Valores que quizás se han perdido en el mundo de hoy, reemplazados por el afán de lucro y el éxito fácil, pero a pesar de eso o quizás por eso mismo, fundamentales a la hora de educar a un niño. Por eso consideramos que enseñarles a engañar, a mentir y a utilizar argumentos distintos a la técnica, el esfuerzo y la dedicación a la hora de buscar el triunfo, no solamente es lesivo para el deporte, sino que es dañino en la estructuración de la personalidad del individuo. El logro de los objetivos en la vida es muy importante para una persona. Pero también lo es la forma como lo haga. Si aceptamos que mienta y engañe para lograr esos objetivos, lejos de construir una personalidad la estaremos destruyendo. La ética es la forma como podemos distinguir el bien del mal, lo que construye de lo que destruye. La semana pasada vimos cómo un elemento de capital importancia en los squashistas es tener un pariente en Fedesquash que abogue, presione e intrigue para que el deportista pueda tener el apoyo necesario para su desarrollo. Este es el método que hemos llamado el Club Privilegios. Ahora vemos cómo la continuación de este apoyo indebido e inético es el enseñarle al jugador que lo importante es el triunfo, aunque para ello tenga que recurrir a argumentos extradeportivos y falsos. Las dos conductas son las dos caras de la misma moneda que se concatenan para lograr un objetivo, el triunfo, aunque en realidad destruyen la personalidad del individuo y la estructura ética de la sociedad. No es posible pensar que apoyar y enseñar lo innoble, lo falso, lo mentiroso pueda tener un resultado positivo, pero eso es lo que estamos viendo cada vez con mayor intensidad en el Squash en Colombia. Me parecen entonces pertinentes las palabras del presidente de Fedegolf en el pasado Nacional Infantil: “De nada sirve tener una estantería llena de trofeos cuando algunos de ellos tienen una mancha. Así sea mínima. Es más, un solo título con mancha termina por manchar a todos los demás”. Si aplicamos esto al Squash veremos la gravedad que tienen tanto las intrigas en Fedesquash como las actitudes mentirosas y poco caballerosas en la cancha. Recordemos entonces: lo fundamental en el deporte no es obtener resultados a cualquier precio. Lo fundamental en el deporte es aprender a ser hombres de bien. Y ni la mentira, ni el engaño, ni la intriga ni la ruindad forman hombres de bien.

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