LOS DIRECTIVOS QUE NECESITAMOS

Es indudable que ha llegado la hora de la renovación de los dirigentes deportivos en el squash colombiano. Lo acontecido en LISBOG y en LISCUN es una prueba clara de que sí es posible comenzar procesos nuevos y limpios donde los compromisos de los dirigentes sean con todos los participantes y no solo con unos pocos, con los miembros de un selecto club de privilegiados. Es hora entonces de lograr que nuestros dirigentes garanticen una verdadera objetividad en su gestión, sin que tengan que estar siendo vigilados en forma permanente para que no privilegien a sus hijos. No es posible seguir obrando guiados tan solo por intereses personales y en detrimento de aquellos que no tienen representación a nivel de directivos. Por eso es hora de que los participantes en el squash que tengan una actitud limpia y desinteresada se comprometan a lograr esta depuración y renovación.
En Octubre próximo es la nueva elección del comité ejecutivo de FEDESQUASH y es indudablemente una importantísima oportunidad para renovar nuestros cuadros directivos sin traumatismos ni agresiones. Pero una cosa debe quedar clara al momento en que las ligas del país voten: son necesarios directivos con un verdadero espíritu altruista y generoso que no estén comprometidos en privilegiar a sus hijos. Los elegidos deben garantizar su imparcialidad. Por eso lo lógico sería que CARLOS ESPINAL y sus amigos dieran un paso a un lado para dar campo a esta renovación antes de que sea demasiado tarde, antes de que lo sucedido en LISBOG y en LISCUN los alcance a ellos también. Obviamente las nuevas ligas de papel, las ligas del Quindío y de Bolívar no tienen por qué participar en esta elección. Son ligas que no representan a nadie, ligas a las cuales ha sido necesario nombrarles presidentes desde Bogotá simplemente porque no existen ni han existido nunca, ya que fueron creadas en apariencia tan solo para apoyar la elección y perpetuación de Espinal y sus amigos.