UNA PROPUESTA CONCRETA

¿Cómo se llama aquel que falsifica firmas para tomar unos dineros ajenos y darles un destino distinto al original? ¿Cómo se llama aquel que toma dineros ajenos y los consigna en su propia cuenta para usarlos para su beneficio? El primero es un falsificador y algo más. El segundo, no sé, creo que lo pueden nombrar ustedes. Algunos dirían ladrón puesto que se apropia (roba) un dinero ajeno, otros lo llaman un caso de peculado (por apropiación o por desviación). Pues bien, eso es lo que es (cómo mínimo) el presidente de Fedesquash, señor Raúl Vargas. Lo digo de frente y en mi propio nombre sin miedo a nada distinto a los ataques de los hipócritas y los anónimos. No habrá demandas ni reclamos judiciales porque en mis manos tengo las pruebas fehacientes de lo que afirmo. Y lo mismo sucede con los demás casos que hemos tratado aquí.
Pues bien, señores anónimos 1, 2, 3 o 4 (¿o debo decir señores cobardes 1, 2, 3 o 4?) que parecen no tener un nombre suficientemente claro, limpio y honorable para hablar de frente sino que les toca esconder su identidad: ¿es sobre estos personajes y sobre estos hechos funestos que ustedes proponen que se construya el futuro del squash colombiano? ¿Les gusta ser dirigidos por ladrones y falsificadores?
Por eso mi propuesta para construir (y solo destruir lo malo) es muy sencilla: renuncien todos los que están o han estado mezclados en esta historias de apropiación de dineros, de falsificaciones, de creación de empresas ficticias para lucrarse del squash, de nepotismo y demás, y dejen que entre gente nueva dispuesta a trabajar con honestidad y limpieza por el squash colombiano.
¿Si ven? Es claro y sencillo y fue lo que se intentó hacer en la última asamblea de Fedesquash en la que Álvaro Parra se prestó a una componenda infame representando una liga de papel para que Sergio Rodríguez y sus amigos conservaran el poder que conservaron en contra de las limpias intenciones de las ligas de Bogotá, Cundinamarca y Santander.
Claro que hay gente honesta en el squash y mucha, aunque no creo que sean propiamente los que tienen que esconder su identidad tras el anónimo porque les da miedo o vergüenza que la gente conozca sus nombres.

Antonio Torres

P.S. Y sí, en está internet-novela sigue lo mismo con lo mismo: al que dice la verdad le caen encima, no solo los dirigentes, sino los cobardes sin nombre con insultos e infundios buscando una sola cosa: callarlo para que los dirigentes deshonestos puedan seguir con sus trapacerías. Y es bonito verlos como se animan ahora unos a otros en su cobardía, aunque por supuesto ninguno es capaz de dar el nombre. ¿Que temen? ¿La luz? ¿La verdad? Se animan unos a otros a destilar su veneno bien escondidos de manera que nadie los pueda ver. Muy duro tiene que ser lo que destapamos de la anónima señora que habla del blogg basura para que esté tan llena de rabia y de odio. Recuerden, el anónimo es la marca de la vileza.
¿Quieren los anónimos que les conteste sus falaces acusaciones aún a nivel de mi vida personal? Con el mayor gusto: den su nombre (y hagan la pregunta) y les contesto.

P.S. 2 Con respecto a Eduardo Castillo aclaremos: yo no tengo ninguna duda sobre la honestidad del presidente de Lisbog. Lo que pasa es que difiero de su concepto de construir sobre la corrupción y malos manejos de la gente de Fedesquash. Es como construir sobre arena, o peor, sobre materiales podridos. Tarde o temprano todo se cae… o peor, se corrompe. Sí, está el Squash Tour que parece irse convirtiendo en un inocuo reemplazo de los antiguos bogotanos, pero no cambia nada. Y Sardar Alí Khan es un personaje inmensamente valioso para Colombia… pero los dirigentes de Fedesquash siguen con sus trapacerías sin que nadie haga nada.

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