Friday, September 17, 2010

UN PAISAJE DESÉRTICO

Un poco pobre el panorama del squash colombiano. Fuera del buen trabajo de Miguel Ángel Rodríguez (¿será que una golondrina si hace verano?) los esfuerzos de Rodrigo Torres recorriendo torneos PSA por todo el continente (un poco tarde, pensaría de uno), y los buenos resultados de Catalina Peláez donde quiera que va, no se ve nada interesante. Eric Herrera le ganó a Javier Castilla en El Nogal y Raúl Vargas, presidente de Fedesquash se esfuerza desesperadamente por hacer algo de sus hijos empujando, intrigando y manipulando hasta ahora sin mayores resultados.
¿Y de resto? La verdad, la verdad, muy poco. No se ven por ninguna parte los jugadores que han de reemplazar a Miguel Ángel, no hay verdaderas escuelas, no hay programas que desarrollen el deporte, lo de la cancha de vidrio fue un fiasco, pero eso sí, los dirigentes viajan por el mundo y sus hijos también… con los dineros públicos. Y yo critico. Y de vez en cuando destapo algo de las marrullerías de un Fedesquash que pasa de mano en mano, de dirigente en dirigente sin que cambie nada, porque de todos es sabido que para ser dirigente de squash hay que arrodillarse… y aprender las mañas.
A mí me critican que destruya y no construya. Bueno, pues son formas de ver las cosas, porque es indudable que construir sobre la corrupción y los intereses personales no es construir nada bueno. Yo no destruyo, yo destapo, que es otra cosa. Destapo lo que veo como una olla podrida de manipulaciones, trampas e intereses personales que son, precisamente, lo que creo que tiene frenado a este deporte desde hace mucho tiempo.

Dos preguntas y perdónenme por insistir, pero de golpe alguno de nuestros lectores nos puede ayudar con esto:
1. ¿Qué será lo que hace el señor Eduardo Castillo, presidente de Lisbog, que dejó en veremos sus promesas de renovación pacifica para el Squash Bogotano y la depuración de Fedesquash? Porque hasta ahora (y ya han pasado años) no se ve nada y Fedesquash sigue igual: los mismos con las mismas.
2. De verdad de verdad, ¿alguien nos podrá aclarar si la plata del viaje de Santiago Parra al Dutch Junior Open donde tuvo una magnífica actuación quedando 47 entre 48 jugadores provino del bolsillo de su papá o de los fondos de Fedesquash o Coldeportes? ¿Será que Juan Pablo Gaviria nos puede colaborar con esto? Aunque sea para cerrar el tema.

5 comments:

Anonymous said...

y ahora, ¿que será lo malo que ha hecho Castillo? Será que haber contratado a Saldar es un delito? ¿será que el Squash Tour se hizo para apropiarse de dineros públicos?
Será que trabajar por el Squash, con tan poco apoyo y dedicando tiempo personal y trabajo, se justifica? Por qué será que el señor Torres no le ayuda a mejorar sus propuestas? ¿Será que no tiene nada mejor que proponer? Mas fácil destruir que construir.

Anonymous said...

Yo quiero ser como miguel angel, y no creo que ud pueda ayudarme pues no me interesa ser como su hijo rodrigo. le confieso que fui un admirador de rodrigo cuando comence a jugar. no me perdia ni un solo partido hasta que entendi el juego y pude ver como las mañas antideportivas, la groseria y los azotes no tenian nada que ver con un juego de caballeros, sino de uno muy sucio. ahora entiendo: hijo de tigre sale pintado. mejor no nos ayude.

Anonymous said...

Don Antonio: Niguno de sus hijos ha usado recursos de Fedesquash o Coldeportes?
¿Quien paga al señor Saldar y a los entrenadores que utilizan sus hijos?

Anonymous said...

DESTAPE SIN DESTRUIR; DESTAPE Y APORTE; PROPONGA ALGO BUENO Y VUELVASE VUELVASE VUELVASE POSITIVO; DEJE DE SER DISOCIADOR

Antonio Torres said...

Respuestas a algunos anónimos: 1. Los entrenadores de mis hijos (como los viajes) los pago yo.
2.Rara vez mis hijos han hecho uso de dineros públicos aunque en sí, a eso no le veo problema. En NINGUN caso mediante intrigas como directivo. 3. Hasta cierto punto es tolerable la cobardía que los lleva a esconderse tras el anónimo (si no dan para más), pero el vil insulto no tiene sentido. A los que insulten los voy a borrar. 4. Vuélvanse, vuélvanse, vuélvanse valientes o por lo menos decentes y den su nombre para expresarse. No importa que sea en contra mía.