Duro trabajo el que les espera a Nelson Ballén y a Germán Tovar en Fedesquash enfrentando y destapando la corrupción hasta ahora imperante en Fedesquash. Duro trabajo porque están bastante solos y además están en minoría. Además porque Martha Luz Vega y Carlos Espinal siguen enquistados allí en defensa de sus privilegios y de su forma de hacer las cosas. Los de ellos y sus amigos.
Pero, ¿y Jorge Dangond? ¿Para que lado va? ¿Será capaz de decidirse por lo honesto, por lo limpio, por lo honorable, o continuará por el camino de quienes lo nombraron sometiéndose entonces al imperio del engaño y la mentira? ¿Será capaz de llevar a cabo una gestión limpia y transparente, independizándose de quienes impusieron su nombre y parecen considerarlo solo una ficha más (similar a Carlos Espinal) que defienda sus intereses y posiciones?
Esto es cuestión de carácter y hasta ahora no conocemos el de Jorge Dangond, el nuevo presidente de Fedesquash. No sabemos si pertenece a esa estirpe de santandereanos recios y frenteros, honestos y agrestes como su tierra, capaces de decir la verdad a cualquier precio, aún hasta de entregar la vida por ella como Luis Carlos Galán Sarmiento. O si más bien pertenece a una raza de hombres que, ladinos y astutos, anteponen al honor, a la verdad, a la dignidad y al buen nombre, el lucro personal y la conquista de posiciones de mando que permitan el beneficio propio y el de quienes los apadrinan.
No lo sabemos porque no conocemos a Jorge Dangond. Claro, preferiríamos que fuera de los primeros. De los honestos y valientes. Aunque sería extraño que gente tan hábil y astuta como Sergio Rodríguez, Martha Luz Vega, Carlos Espinal, Carlos Angulo y Raúl Vargas, se hubieran tomado el trabajo de imponer como presidente de Fedesquash a alguien que no fuera de su entera confianza, a alguien que no fuera de los suyos. Y de su mismo carácter y forma de hacer las cosas. Sin embargo, sorpresas nos da la vida. Y claro, nuestro deseo y nuestro voto, es porque Jorge Dangond haga honor a sus coterráneos, ejemplos de valor, de lucha y de entrega a la verdad.
Pero, ¿y Jorge Dangond? ¿Para que lado va? ¿Será capaz de decidirse por lo honesto, por lo limpio, por lo honorable, o continuará por el camino de quienes lo nombraron sometiéndose entonces al imperio del engaño y la mentira? ¿Será capaz de llevar a cabo una gestión limpia y transparente, independizándose de quienes impusieron su nombre y parecen considerarlo solo una ficha más (similar a Carlos Espinal) que defienda sus intereses y posiciones?
Esto es cuestión de carácter y hasta ahora no conocemos el de Jorge Dangond, el nuevo presidente de Fedesquash. No sabemos si pertenece a esa estirpe de santandereanos recios y frenteros, honestos y agrestes como su tierra, capaces de decir la verdad a cualquier precio, aún hasta de entregar la vida por ella como Luis Carlos Galán Sarmiento. O si más bien pertenece a una raza de hombres que, ladinos y astutos, anteponen al honor, a la verdad, a la dignidad y al buen nombre, el lucro personal y la conquista de posiciones de mando que permitan el beneficio propio y el de quienes los apadrinan.
No lo sabemos porque no conocemos a Jorge Dangond. Claro, preferiríamos que fuera de los primeros. De los honestos y valientes. Aunque sería extraño que gente tan hábil y astuta como Sergio Rodríguez, Martha Luz Vega, Carlos Espinal, Carlos Angulo y Raúl Vargas, se hubieran tomado el trabajo de imponer como presidente de Fedesquash a alguien que no fuera de su entera confianza, a alguien que no fuera de los suyos. Y de su mismo carácter y forma de hacer las cosas. Sin embargo, sorpresas nos da la vida. Y claro, nuestro deseo y nuestro voto, es porque Jorge Dangond haga honor a sus coterráneos, ejemplos de valor, de lucha y de entrega a la verdad.
Sigue vigente la pregunta para Sergio Rodríguez y Martha Luz Vega: ¿cuántos países han conocido por cuenta de y con dineros del squash? ¿20, 30, 50? ¿Cuántos viajes han realizado, cuántos hoteles de cinco estrellas han visitado a través del mundo entero por cuenta del squash y del erario público? ¿20, 30, 50? ¿Más? ¿Es esa una de las verdaderas razones por las cuales se aferran con tanta fuerza a sus cargos directivos? Por qué no hacen las cuentas y nos informan? ¿No sería interesante? ¿Conocer la verdad?
1 comment:
Coma mierda Antonio.
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