PEQUEÑAS COSAS

Creo que la principal característica de los dirigentes del squash colombiano es la pequeñez. Pequeñez en todo. En sus metas, en sus ambiciones, en sus logros, en sus trampas y trapacerías. Hasta en su corrupción. No son como los Nule o los Moreno que construyeron imperios. No, van por centavos. Lo que Vargas tuvo que devolver cuando fue secretario de Liscund  fueron solo diez milloncitos de pesos. Se hizo nombrar presidente de Fedesquash para lograr que sus hijos viajen y terminen como entrenadores de squash en Nueva York. Como Tere de Samper. Poca cosa, sí. Pequeñas cosas buscan y pequeñas cosas logran. Lo grave es que para lograr esas pequeñas cosas están acabando con el squash colombiano. Destruyen los sueños de tantos, de ustedes, solo para lograr sus pequeñas y mezquinas metas. Ni siquiera se hacen ricos, es quizás tan solo... una forma de ser, un carácter, una cultura. El uso de lo público en beneficio propio. Es Colombia.
Con el squash podría hacerse mucho... si se quisiera. Si se tuviera un mínimo de espíritu honesto, que no digamos generoso. Si se buscara el servicio a los demás. Si no se entendiera la cosa pública como el tesoro a saquear. Podría hacerse mucho si se entendieran conceptos como veracidad, dignidad, nobleza, transparencia. Ética. Sí, ética en el quehacer personal. 
Para algunos el deporte es una oportunidad de transformación personal, de desarrollo, de superación de miserias, de crecimiento familiar, de educación, de cambio. Pero no. Nuestros Raúles Vargas y Teres de Samper y Elssys de Navarro y Carlos Espinales y etc no dejan campo para nadie más que ellos. Acaparan, poseen, se sirven en exclusiva a sí mismos y a sus hijos para lograr sus pequeñeces y frustran a los demás. Lo tienen todo y todo les parece poco. Dinero, posición, educación, pero no les basta. Quieren lo que corresponde a los demás. Por eso no promueven más que a sus hijos. Podrían dar algo, podrían dar tanto desde sus posiciones. Podrían transformar y desarrollar el mundo en el que se mueven: el squash. Pero no. Eso es mucho pedir a estas pequeñas mentes que se ensucian hasta por unas empanadas.
 ¿Que quién va a suceder a Vargas cuando sus hijos ya no necesiten de Fedesquash? ¿Cuando como Tere de Samper termine de ordeñar la vaquita y ya esa vaquita no le sirva para nada? Es fácil saberlo:  va a ser alguien igual a ellos. Un Mancilla, una Elssy de Navarro, cualquiera que tenga necesidad de lograr pequeños beneficios gratuitos para sus hijos y que con sus actuaciones haya demostrado suficiente mezquindad y falta de escrúpulos para que sus antecesores no teman ser expuestos en sus trapacerías. En sus "pequeñas cosas". 
Y desde ya, candidatizamos, como hace algún lector, a Mancilla. ¿Por qué? Sencillo. Porque de acuerdo a sus actuaciones tiene el carácter apropiado: la dosis de mezquindad, capacidad de engaño y ambición, tiene además dos hijos talentosos y necesitados de apoyo, y encima... pertenece a Pueblo Viejo, club cantera de grandes dirigentes del squash. Curioso, tiene hasta el apellido apropiado.
Pequeñas cosas.