Sunday, December 04, 2011

LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA


Tomó muchos años cambiar el Comité Ejecutivo de Fedesquash. La campaña la comenzamos en el 2006. Son muchos años de esfuerzos, investigaciones, denuncias. Muchas columnas y comentarios. Muchos insultos hemos tenido que recibir. Recuerdo las últimas agresiones del Nene Angulo y de su novia, de Santi Parra, pichón de abogado amenazando con acabar al mundo entero, alguna invitación en Facebook a enviarme a los de la moto, incomprensiones, ataques, etc. Pero se logró y, lo más valioso, se logró mediante un movimiento espontáneo. Hasta donde sé, no fue algo programado ni intrigado desde ninguna parte. No fue con personas seleccionadas a dedo, sino que se partió de la creación de una CONCIENCIA del problema entre los squashistas. Creo que eso, la conciencia, es lo que está llevando al cambio y haciendo madurar a la gente.
Para mí, esto es una fuente de esperanza. De la esperanza del sí se puede, diría el presidente Betancur, ¿recuerdan? ¿No? Es que yo soy más viejo que ustedes. O mayor, para no sentirme mal. Sí se puede cambiar lo que existe, sí se puede cambiar la realidad que nos rodea. Esa es la esperanza que encarna el nuevo Comité Ejecutivo de Fedesquash y esa es la esperanza a la que debe responder con claridad, precisión y prontitud para no defraudar.
Así las cosas una labor fundamental de ese comité tiene que ser la de continuar con la formación de la conciencia de los squashistas. La conciencia que permite distinguir entre el bien y el mal, diría mi abuelita que en paz descanse. Distinguir la delgada línea entre el bien y el mal, según Iron Maiden. Oops, pero sí: la construcción y el desarrollo de una conciencia ética en dirigentes, jugadores, entrenadores, padres, hasta comentaristas, porque hay quien dice que uno no debe burlarse de la gente así den papaya como locos, como Dos Eses con lo del parqueadero de... Pero no, hoy no nos metamos con ella, dejemos así. Esa, la conciencia, es la base de la transformación humana. De la transformación personal y social que necesitamos.
El reglamento existe y es la constitución del squash: todos estamos obligados a cumplirlo aunque no nos guste o no nos convenga. TODOS. Dirigentes, jugadores, padres, entrenadores, etc. Pero el esfuerzo debe ir más allá: debe llegar hasta el interior de cada persona. Nadie le enseña a los hijos a hacer trampa a propósito, excepto lo que uno les acepta y les perdona cuando juegan squash y que es más o menos... todo, con tal de que ganen porque eso lo hace a uno sentir bien. Ah, eso sí. Por eso es que nos parece que casi no hay tramposos en el squash. Así como nos parece que casi nadie dice mentiras en la vida... quizás porque el principal mentiroso es uno... y uno no está dispuesto a aceptarlo ni a que nadie se lo haga ver. Y claro, de ahí es de donde vienen las rabietas y los insultos.
Por eso es fundamental, en mi opinión, esta formación de la conciencia interior de cada individuo. Este llegar a comprender la necesidad de NO HACER TRAMPA NI MENTIR. Entender que ganar con trampa es no ganar. Ganar a empujones es no ganar. Ganar presionando al árbitro es no ganar. Ganar pidiendo lets que no existen es no ganar, aunque nadie más que uno se de cuenta. Usar las posiciones directivas para beneficiarse uno o beneficiar a los hijos es trampa. Usufructuar las posiciones directivas es trampa. Insultar a los rivales es trampa. Pedir cosas y no pagar es trampa. No renunciar cuando una es presidenta de una liga y no hace nada es...
Ay, que pena, otra vez me fui para allá.
¿Si ven? Es cuestión de conciencia. De CONCIENCIA PERSONAL. Sin justificarse uno mismo porque con eso se tapa lo que sea. Formar la conciencia hasta llegar a entender que el verdadero juez es cada uno de nosotros, responsable no solo de las normas sino de la decencia, la corrección y el respeto a los demás. Como termina siendo todo en la vida... hasta que lleguemos al final del paseo y ahí si tengamos que responder por cada uno de nuestros actos.
¿Verdad Raúl Vargas y cia?

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