DE ELSSY DOS ESES O APARECEN NUEVOS ABUSOS EN LISCUND

Hasta donde vemos Liscund sigue siendo la oveja negra del squash colombiano. La sobreviviente de esa vieja, divertida y abusiva familia de la que hablaba hace un tiempo El Nene Angulo. Elssy Dos Esses es la única que no ha querido irse y sigue aferrada a su cargo. O a su carga (¿de conciencia?). Y claro, poco a poco van apareciendo nuevas... ¿como las vamos a llamar? ¿Abusos? ¿Indelicadezas? Bueno, ustedes dirán. El caso es que en medio del inmenso desorden que vivió Rincón Grande es difícil saber las cosas con precisión, pero ahí van llegando poco a poco. Ahora descubrimos que Jairo y la Niña Karen tenían razón: el problema de su mami no era por unas pinches empanaditas. No señores, y así menos mal no le envié las que le iba a mandar. No, nada de eso porque las reuniones de Liscund en Rincón Grande eran un poquito más a lo grande, un poquito más sofisticadas, más eleganticas, y así Elssy Dos Eses y sus amigos directivos pedían botellita de vino para todos... y claro, no la pagaban. En un club donde nadie firma porque no existe esa modalidad, donde por delicadeza ni siquiera la Junta Directiva consume por cuenta del club sino que cada uno paga lo que se come, ellos si... firmaban, con el embeleco, abusivo de por sí, de que Liscund iba a pagar algún día y así ni Liscund ni ellos pagaban sino que timaban al club. "Es que tenemos un convenio", era el argumento con el que engañaban a los empleados. Pero claro, es que si uno se llama Elssy con dos eses lo mínimo, si organiza una reunión, es que uno de vino. Aunque lo normal es que la gente correcta pague lo que reparte. Pero bueno, Elssy tiene razón: de algo debe servir ser presidenta de Liscund, porque sin gestión ni ejecutorias, ¿qué más podían hacer? Aprovechar un poquito, qué va. Así, y poco a poco, entre una cosita y otra, uso de las canchas, empanaditas, botellita de vino, reuniones en los reservados, fueron llegando a una cifra que ni siquiera está clara, pero que en todo caso va más allá de los cinco millones de pesos.

Así que mire, Elssy Dos Eses y demás directivos de Liscund: esto ya se está pasando de la raya y no tiene justificación. Así le gusten mucho las empanadas (claro, y el vino que es un gusto más carito) creo que lo único decente y digno que le queda a usted por hacer es ir y pagar lo que quedó debiendo en Rincón Grande. Bueno, a usted y a sus amigos.

Porque es que ya lo del vino no creo que se lo acepten ni en la Federación de Bádminton. Ya con estas nuevas noticias no creo que los reciban.

Y luego renuncie. Por favor renuncie. Por bien suyo, y de todos, renuncie. Pero claro, no se le olvide pagar lo que se comió.

Y bebió.