¿HASTA CUANDO?

Desde que comenzamos la campaña denominada SQUASH SIN FRONTERAS hemos venido martillando en los oídos sordos de Fedesquash sobre los múltiples problemas de este deporte en Colombia. Desde manejos económicos dolosos que llevaron al cambio de los comités ejecutivos de LISBOG y LISCUN, hasta la presencia de prostitutas en las delegaciones avaladas por jugadores y directivos y las claras preferencias de los jugadores hijos de los directivos, hemos demostrado con creces nuestras palabras sin que nadie pueda desmentirnos (a lo máximo que han llegado es a insultarnos o a amenazarnos). Pero lo más extraño es la actitud de CARLOS ESPINAL, presidente de Fedesquash, porque al conocerlo uno piensa en una persona honesta y sincera. Sin embargo hasta ahora sus respuestas no han pasado de ser pobres disculpas que solo buscan lavarse las manos de lo que él mismo ha producido en el squash, cuando no un silencio cómplice. La realidad es que en procura de unas pocas medallas olímpicas han feriado todo lo valioso que tiene el deporte y lo que los padres buscan del mismo, llegando a hacer imperar la política de ganar de cualquier forma, sin importar si para ello hay que lesionar al contrario como hemos llegado a ver en los últimos torneos. Si los padres hacen lo que estamos viendo, ¿qué se puede pedir a los hijos? Entonces la pregunta que nos hacemos es sencilla: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo la gente honesta que considera que el deporte, más que un espacio para ganarse la vida, enaltecer el ego y urdir intrigas en pos de la victoria, es un lugar ideal para educar a los hijos y enseñar el valor, la disciplina, el coraje, la honestidad y la nobleza, están dispuestos a seguir tolerando esta imposición, esta especie de dictadura malsana?