Thursday, November 06, 2008

EDUARDO CASTILLO, PRESIDENTE DE LISBOG

Eduardo Castillo es el actual presidente de la liga de Bogotá. Llegó nuevo, sin compromisos, sin ataduras, a una liga que había sufrido el enorme daño y el enorme desangre de la desastrosa y deshonesta administración de Alberto Gómez, Ernesto Lucena y Álvaro Parra, obligados a renunciar y sometidos ahora a investigación de la fiscalía (nada de esto es óbice para que Parra siga metido de narices en Fedesquash, ahora como miembro del Comité Técnico). Eduardo Castillo es un abogado prestante, miembro de varias juntas directivas. Lo grave de Eduardo es su curioso voto en la última asamblea de Fedesquash, pues a pesar de las pruebas evidentes de malos manejos presentada a la asamblea por los expertos contables contratados, voto aprobando los estados contables. Es decir, apoyando las deshonestas y torcidas maniobras que viene llevando a cabo Fedesquash desde hace años. Es entendible que las ligas de Antioquia, Valle y Quindío votaran como votaron. Eso era apenas lógico pues todas ellas están representadas por calanchines de Sergio Rodríguez. Esas ligas son sus bastiones, son de su propiedad. Pero, ¿Bogotá? ¿Qué movió a Eduardo Castillo a tomar esta decisión aun en contra de tan clara evidencia? Una decisión que lo que hizo fue refrendar y apoyar la inmoralidad existente y demostrada en las cerradas huestes de Sergio Rodríguez. Una decisión que bajo el manto de la concordia lo que ha hecho es aprobar las trampas, las falsificaciones, los desvíos de dineros, los engaños, los selectivos amañados, la asignación a dedo de los recursos, el manejo personalista que estas personas dan al erario público. No es entendible.
Hay una cosa clara que el Dr. Castillo no parece entender ni estar teniendo en cuenta. Esta, la suya, es la primera administración de Lisbog después de que se logró sacar la anterior, la corrupta administración de Alberto Gómez, Ernesto Lucena y Álvaro Parra. Por eso es claro que tiene un mandato, y es un mandato explícito: combatir la corrupción imperante en el squash. Limpiar los estamentos deportivos que le competen. Fue para eso que lo nombraron. No para buscar hacer las paces con los corruptos al precio de entregar las banderas de la moralidad y la ética que se habían logrado implantar en Lisbog. Ya no es tiempo de estos procederes autoritarios y excluyentes. ¿O será, Dr. Castillo, que para tomar su decisión usted consultó a sus mandatarios, a los Clubes El Nogal, El Rancho, al Bogotá Squash Club? ¿Esta fue una decisión lograda por consenso dentro de sus mandatarios o fue una decisión individual suya en la cual pesaron más los intereses personales que los intereses de la liga que usted representa? En la liga de Bogotá hay muchas voces honradas, voces limpias, voces que buscan un cambio. ¿Será que usted si le ha dado cabida a esa voces o es que estamos regresando precisamente a aquello que estamos combatiendo? En todo caso no creo que haya sido para esto para lo que lo eligieron
Por eso solo nos queda darle un consejo: piénselo. Consulte antes de ejercer lo que usted parece entender como un poder omnímodo. Ya no es tiempo en el squash de tomar decisiones personalistas cuyos orígenes no son claros. Tenga cuidado de ir a regresar a Lisbog a lo que era y fue bajo el gobierno nefasto de Alberto Gómez, Ernesto Lucena y Álvaro Parra. Ya la gente no está tragando entero. Por más que Sergio y sus comprados títeres mantengan su poder por medio de sucias maniobras, eso no quiere decir que no se levanten voces inconformes que vigilan, que investigan, que hablan, que se expresan. No lo olvide, Dr. Castillo, el tiempo del arrodillamiento universal ya pasó y usted y todos aquellos que asuman cargos de representación pública, deben responder ante sus representados, ante sus mandatarios, por sus decisiones, por sus posiciones y por el trabajo que llevan a cabo. Estos cargos no son ni pueden ser bastiones que se conquistan y luego se aprovechan de acuerdo a un criterio y a un interés personal. Y creo que este es, precisamente, el momento de dar respuestas y explicaciones de sus actos.

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