SOBRE LAURA TOVAR Y LOS PANAMERICANOS

Lo ocurrido con Laura Tovar y Los Juegos Panamericanos de Guadalajara es más bien sencillo: aparte de la torpeza Fedesquash de convocar un selectivo para no respetar los resultados, sino cambiar los criterios a posteriori porque lo sucedido no coincidió con lo que buscaban, está el hecho sencillo y contundente de lo ocurrido con la selección masculina. Si se aplicara allí el mismo criterio de la selección femenina, habrían pasado por alto el selectivo y habrían llevado a Nano Samper. Si no se hizo así, fue por la sencilla razón de que lo que estaba en juego desde un principio era la participación del hijo del presidente. Eso es fácil de ver. Ahora, si el papá de Laura hubiera sido un dirigente de Fedesquash (no tenía que ser presidente, bastaba con que fuera dirigente) es bastante obvio que Laura hubiera ido a Guadalajara, así hubieran tenido que dejar a una de las otras jugadoras. La disculpa para hacerlo era muy obvia, estaba a la mano y la han utilizado muchas veces: habría sido indispensable llevar a Laura como jugadora junior con el objeto de foguearla y formarla para el futuro, dado su inmenso talento y potencial, del que nadie duda. No se hizo así. 
Esto nos deja en claro tres cosas: la primera, que en el estilo Fedesquash la única manera de defender a los hijos de los atropellos de los dirigentes... es ser dirigente. Segunda, que así se logra también  favorecerlos y pavimentarles su carrera deportiva: selecciones, entrenamientos, torneos internacionales, viajes a cualquier  parte del mundo, todo a su alcance y sin necesidad de afectar el patrimonio personal, que los gastos corren por cuenta de fondos públicos. La tercera, claro, que este es el círculo vicioso que engendra la corrupción que venimos denunciando. 
Así, sin normas claras y transparencia no se logra nada decente. Solo corrupción y mas corrupción. Por eso es valioso el camino emprendido por los Tovar para defender los derechos de sus hijos.



P.S. Leyendo la página de Fedesquash, squashcolombia.org.co, impacta no solo lo sesgado de los comentarios, sino, en especial, la pobreza de la redacción, los permanentes errores de puntuación y la mala ortografía (tildes y todo eso). No que yo sea experto en el asunto, que soy arquitecto y no periodista, sino que es triste que quienes se llaman periodistas y cobran por su trabajo, no lo sepan hacer.