SELECTIVO FEMENINO A GUADALAJARA: CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Como pronosticamos hace unos días, Fedesquash armó un buen lío con el equipo femenino de Colombia a los Panamericanos de Guadalajara. Parece que lo que mal se hace...  pues queda mal hecho y solo genera problemas. 
A Silvia Angulo la citaron a esa clasificación recién salida de una lesión, sin entrenar, y pasó lo que tenía que pasar: se quedó por fuera del equipo. Las tres mejores y a quienes, según el reglamento del selectivo, les corresponde conformar el equipo, son Catalina Peláez, Ana Gabriela Porras y Laura Viviana Tovar. Como estas tres jugadoras ganaron su cupo en buena lid, Fedesquash les informó debidamente que ellas conformarían el equipo nacional. Hasta ahí todo bien, todo de acuerdo a lo pactado. Lo curioso y abusivo fue lo que pasó después: de pronto, y sin ninguna notificación formal, le avisaron verbalmente a Laura Viviana Tovar que quedaba por fuera del equipo. Que ya no, que gracias pero que mejor la  reemplazaba Silvia Angulo, quien, como ya informamos, no había logrado clasificar. Lo curioso es que para entonces habían nombrado como representante de la delegación colombiana en Guadalajara a Carlos Angulo, padre de Silvia y ya conocido aquí de autos.
Bonito enredo el que armó Vargas una vez más. O debo decir, ¿el que armaron Vargas y Angulo? No estoy seguro. El hecho concreto es que los Tovar esta vez no están dispuestos a dejarse pasar por encima y ya instauraron los procesos legales que corresponden, acción de tutela incluída. Parece que, como dice Juan Vega, los squashistas y sus familias empiezan a despertar y están dispuestos a defender sin miedo sus derechos. Ya va siendo hora.
De nuevo pregunto entonces: ¿por qué hacer todo tan tarde y tan mal? ¿Qué es lo que  le pasa a Vargas? ¿Es ineptitud, torpeza o mala intención? ¿O las tres? 
Nadie duda de las condiciones de Silvia. Pero lo que nadie entiende es cómo citan a un selectivo si no están dispuestos a respetar los resultados ni las normas que ellos mismos han establecido. No tiene sentido seleccionar el equipo a dedo si no logran clasificar las jugadoras que las directivas quieren, así la razón sea que el selectivo fue mal citado. Es claro que estos señores están acostumbrados a hacer lo que les provoca y a manejar Fedesquash como si fuera su feudo personal mientras los demás tienen que aguantar sus arbitrariedades temerosos de ser excluidos. 
O tal vez sea que las capacidades de Raúl Vargas solo alcanzan para favorecer a sus hijos. O a lo mejor lo que pasa es que la Linda Familia del Squash vuelve por sus fueros y nos toca averiguar si la selección incluye, además de al papá de Silvia, a la mamá y al novio con gastos pagos como ha ocurrido antes. En todo caso las cosas no se hacen así. Por lo menos entre gente honesta. 
Amanecerá y veremos, dicen. De lo que no cabe duda es de la incapacidad y trapacería de Raúl Vargas, cualidades que están acabando con el squash colombiano y que llevan cada vez a más gente a preguntarse con indignación:

¿CUANDO RENUNCIA VARGAS?